Un sonido le atenaza los sentidos, ¿acaso hombres?
Ellos solo las cazan y las llevan prisioneras para someterlas a un trabajo atroz.
Trata de alejarse, huellas de alguien más... lobos quizás.
Rastros de sangre, su mirada dorada llena de pequeñas pintitas negras se contrae por la luz del atardecer. Un pequeño gemido la hacer dar una vuelta sobre el camino, se sube a unas hojas de palmera y allí debajo ve la figura de un lobo, medio moribundo.
¿Qué hará ella, volver tras sus pasos?
o ¿lo ayudará? (Continuará)
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